Ama cada noche con el balcón cerrado...
Que tus labios detengan su tristeza...
Que vuestra historia no pase frio...
Que tus versos nazcan desahogados...
Que su amor sea tu mundo entero...
Que nunca te olvides de las mañanas...
Que tu casa no se edifique de aires...
Que su nombre no se quede en cenizas...
Que le escribas en su presencia...
Que no se te disequen las caricias...
Que tu memoria no se quede huérfana...
Que a la mentira la perdones...
Haz sus despertares azules...
Que en la senectud sigas balanceándote
Por su figura...
Que siempre sea tu primera novia.
Que tus idas no se desvíen de rumbo...
Que todos los días seas mensajero de su razón...
Que no enferme el duendecillo de la ilusión...
Que en tus sueños no se duerma la pasión...
Que entre cristales rotos no sangre la palabra amor...
y que de la rosa de su alma...
nunca nazca una lágrima.
ANTONIA CEADA ACEVEDO