Dicen que lloro mientras estoy dormida.
Las lágrimas del sueño caen por el rostro de la tristeza.
Pero yo nunca recuerdo nada.
Siempre despierto en la orilla del amanecer.
Inundada, por una profunda sensación, de naufragada pena.
Las perlas de mis ojos brotan soledad.
En nácar de indefensión.
¿Qué mares de oscuridad me estarán esperando esta noche?.
Para ahogarme sal adentro, a la deriva del lamento.