Bajo pompa insondable del diáfano azul, columpian rosales
tendido su perfumado cáliz a la voraz orfandad de los aires.
Tímidos los capullos, del nómada insecto son seda joyante
y fulgida la intención ¡al asalto! con lujuria de ávido amante.
El cándido vientre en beso de pétalos al bicho da hospedaje
pero sutil el intruso, del núbil botón devora todo su brebaje.
Saciada las ansias, mártir la flor, raudo el insecto da su viaje
y del frote friolento, ordeñada la rosa, velos a ceñir el ultraje.
Así la muchacha que en apetencia contenida abre su pasión
y da prontitud a mariposas afligidas bajo encajes de algodón.
Pero astuto el amante libera la virgen azucena de su prisión
y saciado su frenesí, con yerto soplo da su adiós a la ilusión.
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Propiedad intelectual Lucero Moscoso