Tu amistad fue flor d e un día. No supiste valorar a quien por ti casi moría.
El tiempo fue demostrando lo que ya me presentía.
Que eres como un Arlequín. Forrado de linda piel. Pero sin alma.
Cuantos, como yo, habrán tropezado contigo.
De lejos te veré y desviare mi caminar, para no encontrarme, con la que no supo apreciar mi cariño.
Autor: Miguel Hernández Ledezma