joaquin Méndez

Aflora la humedad de tu vagina.

Este poema va dedicado a una amiga del portal para la que este mas triste esta noche por no tener a nadie a su lado, pues para ella. Va este poema.
¿Tu estas triste? Pues para ti es.


Huelo,  el humo de tu cigarrillo, tu aroma se esparce por todo tu entorno la brisa marina me trae las vibraciones de tu cuerpo mientras que  tus contracciones   avivan  mis cedulas,  que  se ponen en un tono de fiesta;  invitando a los espermatozoides, a salir a borbotones  y apretujados por el  estrecho tune que tienen para salir frenéticos y ardiendo, como ascuas.


Aflora la humedad de tu vagina, dibujando un rio diáfano; salando. mi lengua, con la sal de tu genol, que inunda mi garganta de sabores de salobre, que producen tu vulva, al indicar que se acerca un orgasmo,  mientras…mi legua sigue masajeando tú clítoris despertando tu primer orgasmo, el cual  llega con furia desatada,  haciéndote cabalgar sobre mi cara,  aun Rismo desenfrenado y alocado.


Mis manos acompañan tus vaivenes mientras sujetan tu delgada cintura  de avispa,  que se meneaba  como un junco,  con el viento del cabo de hornos. La galopada hacia que tus exuberantes y maduros pechos como pomelos,  campanillearan de forma tan sensual que martilleaba mi cerebro,  haciendo imposible que pudiera aguantar mas.  Cavia de posición que dando encima de tu cuerpo vientre con vientre hincando mi aguijón en tu fruta prohibida con   toda la delicadeza con que mi nerviosismo me permitió,  escapándoseme un gemido de placer, acoro con los tuyos.


Tu voz ronca por la emoción me grita, -Mas,  mas,  mas, ¡Dame massss! Masss por favorrrrr. –Si cariño mio, te daré mas, mas.  Todo lo que tu quieras,  soy todo tuyo, mi vida. Haa haa, Si muy    tuuuyo, dulce amor.
Y en aquel instante…zas…zas…una explosión de jubiló alboroto el cuarto, con excitantes gemidos,  respiraciones jadeantes,  olor a sudor y a semen  inundo todo nuestro  entorno, hasta que el humo de los cigarrillos,  volvió a formar  una extensa nube,  haciendo anillos de placer,  atreves de la luz que entraba por la pequeña ventana.

 


Autor Joaquín Méndez.
Reservados todos los derechos de autor.
10/02/2012.