Anoche me sentí muy triste, mirando hacia el horizonte,
y solo bajo las estrellas, vino a mi mente tu nombre;
aquel cielo despejado con las nubes coqueteando,
me querían hacer creer que me estabas recordando.
Que casualidad me dije, yo solo con las estrellas,
y las nubes pasajeras, que vieron brillar mis ojos;
me decían no estás solo, porque estás pensando en ella,
y ella espera que la busques y que la ames y la quieras.
Una sonrisa salió, de lo profundo de mí,
y el corazón palpitó dando golpes de tambora;
Quién no extraña, quién no añora a la mujer que se ama,
y esa eres tú y quien te llama, se escucha el eco en mi alma.
Entonces me sorprendí al mirar el calendario,
y noté que se aproxima, el día diez de…, tú me entiendes;
la misma fecha en que yo, te tuve entre mis brazos,
siendo el día más feliz que he tenido entre mis años.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita