Allí,
debajo de la piel,
estaba mi ser
sin encontrar acomodo.
El aquí y el ahora,
habían escapado
con mis amigos.
Cansado de las apariencias,
trataba de encontrar
la razón de la existencia.
De pronto,
cuando los sentidos
abandonaron lo externo
una voz oculta en el silencio
me recordó el camino:
Amar, perdonar y servir.