La mañana provoca
el desafio por delante,
Dejando atras la noche
y sus descansos.
En un rincon de la mente
va creciendo el poema esperado.
El tecladito de complice
y salen las letras...lentamente.
Parece como si aletearan adivinando
la proxima frase contenida.
Tus manos son mi ayuda,
siempre tus manos...
Tan sabias y tan femeninas
tan conocedoras de mi cuerpo..
potentes, plenas.
Las siento y me complacen
Solo ellas me pueden hacer olvidar
este especial febrero.