Mi tierra,
llena de verde,
llena de agua,
llena de flores,
llena de soledades.
Arando en las conciencias,
para poder encontrar
muy en el fondo,
la única pregunta
¿qué pasa con mi tierra?
¿es que acaso solo
el subsuelo algo vale?
Con un dejo de
libertad,
me tomo el abuso
que me confiere
la vida,
para gritar
¿qué le paso a
mi tierra?
La de aromas
a mil amores juveniles,
la de una guitarra, un cuatro
y una parranda.
¿Es qué acaso ya no
está mi gente?
¡no lo creo!
somos nosotros,
los sin culpa,
los que la culpa
tenemos.
Se detuvo el reloj,
no nos dimos cuenta…
hay que volver
a creer,
para que pueda
ser de nuevo,
mi inolvidable terruño.
Reservados todos los derechos de autor:
Carlos Dos Santos Daniel