Ya no existo
tibia luz que me dejó
en el fondo de la tierra
flores marchitas
húmedas con tus lágrimas
trayéndome tú aroma
muerte ladrona de tu recuerdo
dolor inhumano
al perder tú última mirada
los cantos de cuna
hendidos en el tiempo
ahora seré guardián
atesorare tus sueños
tiñéndolos de atardeceres
en coro angelical
cierra los ojos y me veras.
estoy aquí…