Hoy les presento en este interesante fusionado con mi gran amigo Félix Cantú Ortiz, quien gustosamente accedió a mi solicitud de fusionar un poema para homenajear a esos grandes autores, y a sus inolvidables obras literarias, que de alguna manera directa o indirectamente han influido en nuestras vidas. Cada lector tiene sus libros preferidos, cada uno de ellos nos dejan experiencias inolvidables y marcan de manera importante el devenir de nuestra existencia. Gracias hermano Félix por ésta bella oportunidad de compartir letras contigo, eres un gran poeta, ojala esta publicación de alguna manera, anime a los lectores a que recuerden mentalmente los libros que hayan leído y disfruten como nosotros, esa remembranza; y agradezcan a sus autores el haberles dado la oportunidad de haberlos leído.
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Alegraremos nuestra existencia
recordando algunos libros
que nos dieron su influencia
después de haberlos leído.
Tus oraciones enderezan mi camino
en tu libro las encuentras por montón
mi amado Santo Tomás de Aquino
de tu libro de Cristo La Imitación.
El Coronel no tiene quien le escriba
y Relato de un Náufrago de Gabriel
son historias muy divertidas
que mucho me supieron entretener.
El hombre que calculaba
del famoso Malba Tahan
en cada ejercicio llenaba
mi vida de más afán.
En su excelente Crimen y Castigo
muy Señor Dostoievsky, Fedor
se enredó aquella culpa conmigo
¿Seré yo de Raskolnikov sucesor?
Doña Bárbara y La Trepadora
de Rómulo Gallegos, también
me dejaron bellas horas
de lectura y de placer.
El viejo y el mar
de Ernest Hamingway
también pude disfrutar
con todas las de la ley.
Monja, casta, santa y diva
que no te cause tanta extrañeza
haberme leído completa Tu Vida
querida y virtuosa Santa Teresa.
Mene y Cumboto
dos libros de Ramón Díaz
que disfruté como otros
cuando en mis tiempos leía.
Con Lo que el viento se llevó
bonita, historia sin duda,
donde Margaret Mitchell me ofreció
tantas horas de lectura.
Voy a decir que fuiste mi mejor opción
y si un día llegase a morir, por ventura
Don Quijote te celebro la imaginación
y con él, Cervantes coronó la Literatura.
Todavía me entretiene
recordar lo que leyera
en la obra Pepita Jiménez
del escritor Juan Valera.
Casas Muertas fue también
una de mis preferidas
escrita con exquisitez
por el maestro Otero Silva.
La aventura comienza si uno se aferra
a leer los libros de Julio Verne
leyendo Viaje al Centro de la Tierra
olvidé mi mundo en la simiente de la sierra.
Con la Antología Poética
de Luís Edgardo Ramírez
aprendí la rima y la métrica
en tiempos de mis abriles.
Los cien años de Macondo se han marchado
los cien años de soledad se esfumaron
Don Gabriel otros libros ha editado
pero ninguno como Macondo me ha ilusionado
Con Aquiles Nazaoa
y su poemario de Humor y Poesía
también pasé muchas horas
de romance y alegría.
Quo Vadis es el nombre de la novela
Henryk Sienkiewicz es el autor
primer libro que me leyera la abuela
me dejó en el alma un destello de amor.
Las Fábulas de La Fontaine y Esopo
también de Samaniego y de Iriarte
alegraron mis horas de ocio
con aleccionadores mensajes.
Mi pecho se expande
y con esa emoción me alegro
al recordar a José Hernández
con su obra Martín Fierro.
Pero siempre estás en mi cabecera...
te conviertes en parte de mis sueños,
inculcas a mi alma todos mis anhelos.
Don Quijote, refugio de mis desconsuelos
Alegría tengo miles
porque fui niño lector
leyendo ejemplares infantiles
de la revista Tricolor.
También fui asiduo lector
en incontable ocasiones
devorando con fervor
la revista Selecciones.
Yo sé que por algún olvido
muchos dejé fuera de lista,
porque fueron muchos los libros
y muchas también las revistas.
Damos señores por concluido
este divertido paseo mental,
de libros que han contribuido
a nuestra formación intelectual.
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