EL PUERCO
Hay un olor a puerco
que me hiere el olfato,
ese olor repugnante
lo trae desde siempre,
este cochino inmundo
que quiso acercarse.
No hay nada compatible
entre los dos, eso es lo cierto,
cuando vino traía
las costumbres morbosas
que lo colman.
Se me eriza la piel imaginarlo
rozando algo de mi
con su grasero,
asqueroso espécimen lisonjero
que estés lejos de mi
sólo eso anhelo.
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MIRIAM RINCÓN URDANETA.