- NIÑA
Sigues ahí,
increíblemente sola
Con las manos heladas
Sin sentir las heridas de un corazón
recién abierto a la vida
Lloras sin reconocer el llanto
y crees que las primaveras son eternas
Sin temor al desamparo que es tu piel
Niñez adormecida que eligió lo triste
para volar cielos de caminos infinitos
Sin más madre que la plegaria callada,
hermana de lo onírico,
desde la cima contemplas la vida
adivinas colores, vislumbras el sol
Te estremece el saber que tienes alma
y en cada rincón un mundo
todos diferentes, hechos de muchos días,
de luces, de sombras,
y tú doliente niña, la única dueña