Se va abriendo ante mis ojos
el gran teatro del mundo
y voy poniéndole rostro
a los actores de turno.
No hay un guión en la obra,
se dice lo que se quiere,
es libertad la que goza
al decir lo que se siente,
sin banderas, ni nación,
que nos causen la vergüenza,
pues entre todos lavamos
los trapos de este teatro,
que pasan de mano en mano
con cierto humor necesario.
De Urdangarín hasta Bono,
de Blanco, Camps o Garzón,
todos pasan por el Foro,
aunque tengan “su razón”,
porque ese será siempre el tono
en Libertad de Expresión.
Y si son presuntos… ¡son!
y por ello les procesan.
Son la razón sin razón
y todo el pueblo protesta.
No están todos los que son
en un mundo de vergüenza.
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