Te pido; no te atrevas a soltarme
que el sol perece y te me antojas.
Te ruego, termina lo que iniciaste,
pero no acaricies la demora.
Te pido; no conozcas otra parte,
que mi huella amante que te añora...
Y te ruego, amigo, que me abraces
y nunca me sueltes, como ahora.