LAS ROSAS Y TU AMOR EN MI VIDA
No sé dónde habrán ido hoy las rosas, busco desesperadamente en el jardín desaromado, mas no puedo encontrar aunque me esfuerzo, el más mínimo rastro de ese fragante olor que me hechiza. No sólo en las vibrantes noches de pasión ardiente sino en las turbulentas olas de ideas transparentes cuando me asalta el día.
Cuando las sombras oculten otra vez la clara faz del bello astro, mi amado volverá con su dulce olor a la lavanda fresca unida a la fragante reciedumbre de la madera envejecida que estremece, llenando los sentidos de primavera y de otoño inigualables en belleza distintiva, vuelvo añorar entonces a las rosas, aquella que él llevaba en su solapa y las que yo nerviosamente apretaba entre las manos, el día aquel cuando el sí, nos dimos.
Irremplazables son para mi olfato en cualquiera ocasión de agasajar a quienes amo, desde el niño recién abiertos los ojos, afinando presto la sensación de lo aromático, hasta el anciano que rejuvenece si una hermosa rosa llega hasta su búcaro, dándole a su vida el marco dorado siempre necesario para recobrar aquellos recuerdos para él eternos.
Mi amor me recuerda – no te angusties más estrella en mi cielo, acaso te olvidas que este es el invierno donde sólo hay hielo, ya pronto vendrá una estación bella, brotarán de nuevo tus preciosas rosas, te enviaré decenas para que el olor sature el ambiente donde estés princesa- .
¡Oh Dios, de los cielos!
¡Qué obra tan buena en la vida habré hecho para que me enviaras un hombre tan bueno, pues con su dulzura sana mis desvelos con tan sólo un beso!.
Ahora sé te amo, por tu gran carisma dándome la dicha. Te amo locamente si me das tu risa, te amo si me tocas y la piel se eriza, te amo si me miras diciéndome cosas que nadie comprende pero a mí, me desquician .Te amo en la cama porque eres buen amante, te amo dulcemente pues con tu ternura me arrullas en tus brazos me dejas vencida… y quedo dormida.
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MIRIAM RINCÓN URDANETA.