Con fuerza me dicta el alma
que mis lágrimas apaguen tu dolor,
que los silencios se oculten en mis palabras,
que los latidos sean de un solo corazón;
que todo el mundo sepa que me amas,
que tenemos que luchar por nuestro amor…
Con mucha fuerza el alma me dicta:
“Camina, ¡vamos, anda!, camina…
que en la vida, el amor es la única razón.”
… Y yo la escucho,
… y me callo,
… y me pongo a pensar…
“… y si, entonces, todo esto fuera verdad;
por qué aún -me pregunto yo-
a mi alma, no le hago caso tampoco hoy.”