Víctor Sorchaga

Mi juguete preferido

¡Oh fiel y eterno compañero!,

como fue que te abandoné

y te olvidé con cruel desdén

en aquel hosco casillero.

 

¡Oh mi blanco ángel encarnado!

hoy que fortuito te encontré

portas un manto enlutado

en tu rostro manso y añejado,

empero mis pueriles años

con el recuerdo te lloré.

Mi vida de nuevo te convido,

a ti, mi juguete preferido.