Decisiones en la vida he tomado,
sin medir de su efecto consecuencia.
Hoy no quiero un futuro acobardado,
temeroso de tu absurda indiferencia.
Si no quieres continuar con lo acordado,
y mis labios los desecas con tu ausencia.
Si te sientes por mis besos sofocado,
yo prefiero prescindir de tu presencia.
Si a juzgar el sentimiento me he enfrentado,
tengo claro el valor de la paciencia.
Más callar éste dolor que me ha embargado,
me consume en la eterna penitencia.
De tu amor todo lo bueno que me has dado,
lo aprisiono cual perfume de tu esencia.
Pero ya mi corazón está hoy cansado,
de asfixiar, lo que me grita la conciencia.
El momento de partir nos ha llegado,
será en silencio como dicta la prudencia.
Si hace tiempo que amor ya se ha marchado,
lo más sano es no guardar más la apariencia.