Luceros boyantes de azabache nato
Cuantiosa esperanza y llaneza
Mora en ustedes, Verlos garbear,
Adorna las sendas y los días quebrantados.
Pretenciosa se despierta la aurora
Y va a dormitar a un lado del tiempo fugas
Para volver a renacer, y verse en el firmamento
De tus pupilas esmaltadas con brillo místico.
Amo el descenso de la noche estrellada,
Los minutos gloriosos, El asedio súbito,
Cuando frente los poseo y me pierdo
Con ganas de no encontrar nunca la huida.
Ojala pudiera fallecer cerca de las pestañas
Que los abriga y acaricia sedosamente.
He escudriñado caudaloso por madrigueras
Sin embargo, para mi son ojos coronados.
Yo me levanto y duermo con ellos tatuados
En el pergamino de mis ojos, Guardo su sombra,
Ese delicado mirar. También Camino, me detengo y sigo
Pero jamás al olvido los ahuyento.
Jorge Siza.