Porque sé que el puñal de tu mirada
va a hundirse otra vez, en mi alma inerme;
porque sé que no puedo sostenerme
en pie, ante la explosión de tu llegada.
Y sé que tu sonrisa renovada
va a volver como nunca a conmoverme;
y tu mágico aroma al envolverme
transformará mi ocaso en alborada.
Por eso, tengo miedo de encontrarte,
de pensar otra vez que es accesible
la gloria de tu amor. Que por amarte
de pronto el corazón será invencible;
y al coronar tu torre mi estandarte,
va a labrar un sendero en lo imposible...