*VELOS*
Envuelta en gasas me despierto entre la arena del desierto de Ala
aunque me vea confinada al encelar el delirio del camino arenoso,
no penes por mi hurí de la lejana Europa que soy feliz con mi velo
reservando el candor de mi amor al majestuoso Tuareg que amo.
*ROPAS*
En la arena nadie es esclava del viento que arrastra el siroco tibio
la libertad misteriosa es ocultar la belleza para mi hombre amado,
viajando en la silla de un camello acunamos el orgullo de la madre
que cuida la libertad colosal que tiene la seguridad de un sendero.
*CENDAL*
Nosotras damos nuestro amor en canje de la libertad del hechizo
que embruja las arenas ardientes en cascadas de saber amarnos,
no pretendáis impío impuro que volvamos al tiempo de lo oscuro
sólo para satisfacer la lujuria vana de entregarnos sin saber amar.
*VIVIR*
Milenio de gracia de amar en la noche embrujada de la luna llena
cuando el palpito de una arena suave acaricia la desnuda entrega,
envolviendo mis suspiros de encelos con el frio soplo de la noche
mientras la duna cambia con el aire dejando la sabiduría de amar.
*VALER*
Ninguna caravana de hombres emprenderá jamás el varón blanco
que solamente es níveo de talante con hambre amarga de codicia,
el Sahara esperará su caravana para tragarse el orgullo prepotente
al no respetar esos misterios que el Profeta marco sobre su alma.
*POZOS*
Dejadme sentir la arena del desierto impostor de gracia idolatrada
no pretendas quitarme el velo ni concebir alejar al varón que amo,
soy parte sensible de esa inmensa arena dorada que nos da salud
mientras el tiempo de ser se acerca con la leche melina de la vida.
*AGUAS*
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
14 de febrero de 2012