Tu labio es una orquídea seductora,
y ha estallado un clavel en tus mejillas;
tu piel tiene perfume de magnolias,
con toques de jazmín en las orillas.
Te coronan el pecho rosas rojas,
que se abren esperando una caricia;
y vuelcan en tu vientre de azucena,
el néctar que sus pétalos destila...
Un mágico sendero de azahares,
por dorada pendiente se encamina,
al más dulce jardín de no me olvides,
regado en manantiales de ambrosía.
Florecen en tus pies violetas blancas,
y dos lirios delgados hacia arriba
sostienen el umbral del paraíso,
alumbrado en el sol de tu sonrisa...
Porque tu FLOR de eterna primavera,
ahoga en sus fragancias a mi vida...