Quiero renacer de amarillo para creer que el hombre es de azul cobalto.
En estaño sellare mi nombre para que nunca se corroa mi identidad.
Viviré cada día como si fuera jueves,
Alejándome de viaje, con ese amigo, a una oscura celda de cárcel.
En los otoños de romances apasionados desprendiendo inseguridades, me entregare a la actividad y al vanguardismo que no me calza.
Embarazada de racionalidad, abortaré al materialismo, como siempre, y pariré más humildad.
Para el vergel de mi hogar seré agua, sol y tierra vestida de perfume, de mis flores.
cerrare la puerta al aburrimiento y las ventanas, abiertas, de par en par ,y que entre el viento del optimismo, para que mueva mis anhelos a su antojo.
Las decepciones las decapitare a escobazos y expulsare la tristeza hacia las calles del mal.
Sufragare mi cordura con mis órganos vitales,
Desafiando a los huracanes con huracanes.
Lucida y entusiasmada con el progreso de mi jardín.
hare honor a mi libertad para seguir en la naturaleza de Júpiter.
Predicare con la sinceridad considerando los pares, y aceptando a los nones.
La legalidad no tiene pelos en la lengua y si lo injusto trae melena ,lo rasurare dejándolo en la nada, al cero.
Recriminare al alma lo que no pueda perdonar.
Me quitare las gafas rosas para enfrentarme a los toros y torear.
Procurare no romper mi corazón con mi falta de tacto.
Caminare atenta para no chocar con floreros y maletas.
Buscare las experiencias más atractivas alrededor del fuego.
No volveré a jugar con jugadores .
Me Prometo adiestrar a la paciencia y a la cautela, si no lo cumplo, tendré que verme obligada a excomulgarme.
No pensare en entes, así cambiare mi destino.
Intentare disminuir ,mi creciente amenaza de infarto, con las recomendaciones
De la gran luna que alumbra mi casa y de aquel que es el preferido de Dios; el hombre que gano al sol.
Y si aquí no escribo lo que quiero escribir, es porque es real la profecía.
ANTONIA CEADA ACEVEDO