Yo que tengo dos madres, la que me prestó su suelo para nacer y la que me permitió florecer.
CASA PRESTADA
Corazón que vuela herido,
Surcando aires en el limbo,
Llorando de desconsuelo,
Buscando calor y abrigo,
Cual polluelo desposeído,
Desvalido huía del esbirro.
Cuando mas perdido estaba
Bajo el horizonte negro,
Mire la antorcha encendida,
En manos de aquel guerrero,
Sin basilar le pedí abrigo,
Bajo el ala de su sombreo.
Si quieres quédate aquí,
Yo te prestaré mi casa,
Dijo aquel valiente adalid,
Que con fuego valor y lanza,
Entregó la libertad,
A esta casa que de cantar no se cansa.
Sin cañones ni metrallas,
Esta casa me acogió,
Sin huestes que den batallas
Con aves libres volando,
Mil sendas de amor se hallan,
Para descansar amando.
Cosmopolita eres siempre,
Sin chovinismos mal sanos,
Mi sombra perenne siempre eres,
Bajo su cielo azul vamos,
Con el aval de sus amos,
La vida por fin gozamos.
De mar amar ando siempre,
Respirando libertad,
Trabajo y cuido el ambiente,
Para pagar la mitad,
De este sano y bello oriente,
Cual dalia en la eternidad.
Paraísos terrenales son,
Sus playas llenas de oro,
Sin puertas y sin portón,
Sin aldabas de decoro,
Sus paisajes un saxofón,
Que tocan todas las aves,
Con todo su esplendor.
Futuro de mieles brindas,
Con dulzura que hace luces,
A guerras nuca te brindas,
No te gusta ver las cruces,
Que como señales quedan,
De los que caen de bruces.
Si en la galaxia existiera,
Otra casa semejante,
Jamás yo lo permitiera,
De volver a ser viajante,
No hay mas choza en la pradera,
Que tenga tantos amantes.
Pequeña perla del centro,
Que no cultiva desdenes,
Que llevas la luz por dentro,
No hay xenofobias ardientes,
Ofrenda amor a los nuestros,
Eres sombra omnipotente.
Los valles de mantos verdes,
Ofrecen su culto alabado,
Pericia de hombres con suerte,
Nunca salieron malvados,
Corceles de sangre verde,
Dan un futuro sagrado.
Gracias, gracias a todos doy,
Por prestarme su casita,
Llena de flores bonitas,
Donde comparto con dicha,
Con todos los angelitos,
Que andan en tierras benditas.
Con sentimiento y apreció,
Salen de mi alma estas letras,
Para todo este jardín bello,
Que sin disculpas aprecias,
A muchos que en desconsuelo,
Venimos a hacer proezas.
Sentimientos de gratitud,
Se sienten dentro del pecho,
Gracias mi tiquicia linda,
Por prestarme hoy su techo.