Ella es joven, hermosa y pecadora,
pues su cuerpo lo vende por dinero,
pero igual pecador el caballero
que le compra su piel y la devora.
Meretriz elegante, bella aurora;
desnudé su interior y vi letrero
señalando tristeza del sendero
donde abrieron la caja de pandora.
No tiré ni una piedra a magdalena,
pues no estoy liberado de pecado;
al contrario, la ayudo con su pena.
Ayudarla a olvidar aquel pasado
sin vestirme del juez que la condena;
regalar con amor clavel dorado.
Copyright © 2011 José Luis Calderón.
Poesía Agridulce Salpicada de Esperanza.