Te sumas, te multiplicas, te divides pero nunca te restas
siempre con la mejor de las sonrisas
que se transforma en canto de esperanza y de alegría.
Marianela:
Mis primeros recuerdos de infancia
Tienen tu olor en mi memoria
y tus palabras en mi conciencia.
De ti supe, cuando era mi cumpleaños.
Se remonta mi memoria a los verdes campos
De nuestra amada Cuenca y aparece como alegoría
El pelotón de hermanos y tú la guía.
‘’Ahora que estamos jugando vamos a contar mentiras
Tralala vamos a contar mentiras tralala…’’
Y tú señalando un árbol nos hacías reír.
El mundo se vino abajo para la familia
Y tuvimos que migrar a Guayaquil
Y siempre tú la sustituta de mamá
Contándonos cuentos, lavándonos la ropa
Bañándonos, comprándonos golosinas
Es que desde ya el sentimiento protector anidaba en ti.
Y en las calles por la noche los juegos de ronda
Y en una apagón a cantar pasillos
Era admirable ver cómo te sabías todos los pasillos
Y yo secretamente te admiraba
de ver lo bonito que cantabas.
Los domingos al cine ‘’Juan Pueblo’’
Con la mesada mesada semanal que recibíamos
los nueve hijos que éramos en ese tiempo;
aún no nacía el Richi (el ñaño chino).
Y era para la función de ‘’dos por un boleto’’
Y si se nos antojaba alguna golosina
Muy complaciente nos la comprabas
¡Y a caminar a la casa!
Porque ya no había dinero para el autobús.
Eran largas cuadras bajo el sol canicular
Pero que importaba íbamos hermanos y primos
Cantando y como siempre tú, la guía.
Quien me enseñó a leer fuiste tú
Y fue para mi tan sencillo y bonito,
Cuando entré a la escuela
Yo ya sabía muchas cosas porque te tuve
Como gran maestra
Pero también nos enseñaste todos
A ser hermanos unidos en el amor.
Con tu primer sueldo nos comparaste
Todo lo que nos hacía falta
Y compraste para siempre la gratitud
Que se anidó en nuestras almas.
‘’Me haré misionera y me iré al Oriente’’ decías.
‘’a luchar por la justicia’’
Pero tu misión estaba en la ciudad junto a los trabajadores.
Y te volviste sindicalista.
En esas luchas proletarias, fuiste encarcelada.
Pero tu espíritu rebelde nunca desmayó,
Ese nunca estuvo preso
Y cuando te devolvieron a la libertad física
Seguiste y sigues dando lo mejor
Que hay en ti cada día.
Siempre pienso en ti
con tus manos abiertas
y el corazón abierto
Y el amor abierto.
Ya que acoges con amor de hermana a
Todas aquellas personas que buscan en ti, refugio.
Eres un vivo ejemplo de esfuerzo y lucha
Y cuando te veo lanzar un discurso
En el que haces gala de tu grandilocuencia.
Me emociono y se me hincha el pecho de orgullo.
Y doy gracias a Dios por ser tu hermana.
Y es que además tienes un brillo que nunca la tristeza ha logrado opacar,
Y siempre, siempre le sonríes a la vida
con la mejor sonrisa que dibuja tu espíritu en tu rostro.
¡¡TE AMO HERMANA!!