La travesía del camino
No es para un cobarde
El que vino a este mundo
O se gana la vida o arde.
Desde que en el vientre materno
Nuestro corazón latió
Fue asignada nuestra meta
La queramos tomar o no.
La ley es la siguiente:
Al final del sedero
Todos debemos morir clavados
Y si no llevamos en que nos claven
Sufriremos aún después de sepultados.
Todas las cruces son diferentes
Pero es una regla impuesta:
Si no la llevas no tiene derecho
A morir en paz en tu lecho
Porque no tendrás con pagar
El boleto a la vida eterna y poder entrar
Al lugar con el que todos soñamos,
La felicidad eterna a la que todos aspiramos
La esperanza de un cielo donde descansar.
No veamos la cruz como castigo
Si no como instrumento moldeador
Que nos transforma aunque nos cause dolor
En seres cada vez mejores,
Más bondadosos que traidores.
Arranca el orgullo y la altanería
Dejando salir el amor y la alegría
Porque sólo transformados y
Por los clavos de la limpieza traspasados
Podremos entrar al lugar
De la eterna felicidad!!!!!