Dirás siendo luciérnaga o dragón:
-El destino siempre se mece a favor-
Si ruge purpúrea la entraña en llanto
a yugo del dolor en luto y desencanto,
se hendirá honda cicatriz cual espada
… ¡dolerá!
pero también dará grosor a tu morada.
Si gozosas en su menester las hadas
al sol orean liras de tu risa emocionada,
aún doblegada la cerviz por tu jornada
… ¡soñarás!
pero toda cima inaprensible alcanzarás.
Si cautiva en belleza se ciega la pasión
apurando todo beso oculto en tus labios
se arruinará tu inocencia en los suspiros
… ¡te embriagarás!
pero preñado el vientre vendrán los hijos.
Dirás niñez... todo rosáceo delfín que ría
juventud... toda gacela febril de corto día
madurez... todo arroyo de agua apetecida.
Y también luciérnaga o dragón en vejez
dirás flor marchita intentando vivir inerte,
huesos no juveniles que de vida carecen
pero también luna llena serena siempre.
Luciérnaga rutilante o dragón en umbrías
sin edad futura todo lo desmigado declina,
goza porque muerto no hay quien te reviva
si aún fulgen los astros y rocían las lluvias.
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Propiedad intelectual Lucero Moscoso