ALVARO J. MARQUEZ

TACTO

 
"¿Qué hago con los pensamientos que me asaltan/ y a la aventura de pecar me arrojan,/ con el sabor de los besos que me faltan/ y la pasión de los sueños que me mojan?".


Desde que un día se cruzaron nuestros destinos,
mis dedos muy ansiosos conocen los caminos
de deseos tan ardientes que hay en tu piel...
Hay un hombre que al tocarte toda te eriza
y yo te agradezco ahora con una gran sonrisa
que tú mujer, me permitas cada día ser él.

Y tocarte, dejar que mis manos te hablen,
que mis dedos con todo tu cuerpo entablen
un diálogo con sabor a cosas que son divinas.
Ver a mi contacto cómo ansiosa me miras,
escucharte así cómo gimes, cómo suspiras,
cómo a ser mía ya poco a poco te encaminas.

Te toco y es como si rozara al fin la gloria,
mis manos perciben en ti una oculta historia
escrita con tinta que huele mucho a humedad.
Mientras voy osado haciendo mis intentos,
noto que en tu pecho hay muchos sentimientos
y entre tus piernas reinante está la felicidad.

Te toco y tu sudor y el mío están mezclados,
hay un lenguaje allí de deseos ya declarados
que amenazan con llevarnos directo a la locura.
Son tantas las cosas que al tocarte puedo decir,
que si no lo hiciera creo que podría hasta morir
por perderme de vivir contigo esta aventura.

Tocarte y que me toques, qué bella experiencia,
puede hacernos incluso hasta perder la conciencia
en un extravío que a ninguno de los dos nos pesa.
Piel con golosinas deliciosas que hoy me envician,
cuando mi mano y hasta mi lengua la acarician
y mi boca muy temblorosa de deseos la besa.

Tócame mujer, nada temas, con mucha confianza,
siente cómo tu emoción lenta pero segura avanza
y le da un ritmo de mucho vértigo a tus latidos.
Sin querer de repente tú y yo que nos tocamos,
ahora que por cosas del destino nos encontramos
podemos - qué ironía - volver a sentirnos perdidos.

Tal vez hayas pensado que todo esto lo soñaste
y aún no puedas creer que tanto te emocionaste
tan sólo porque con mi mano tu cuerpo rocé...
Por las dudas y en caso de que en verdad aciertes,
si ves que duermo y te sueño no me despiertes,
que yo si feliz te veo soñar, no te despertaré.