Era frágil
para colmo bella
corazón siempre dispuesto a entregarse
huérfano de caricias
blanco perfecto de flechas sin Cupido.
Llegó en el momento justo
como equipaje
la palabra exacta
el abrazo a la medida
el beso turbador
no hicieron falta
tácticas ni estrategias
para dormir a la razón
y despabilar los sueños.
Varias lunas fueron testigo
ella
todas las ilusiones de fiesta
él
un número más en su agenda personal
pero el amor y las razones no siempre van de la mano
y las palabras no siempre van a caer donde deben.
Hoy la inocencia ocupa su cuna
pero sólo tiene memoria de dos manos
y aunque no le falta el alimento
ni la canción oportuna
ni la caricia tierna
a veces se pregunta por qué
su llanto siempre resbala por la misma espalda
y su mirada tropieza por las noches
con la sombra de un solo cuerpo
vestido de tanta soledad.
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