Si del mundo sus miserias yo guardara,
en la caja en donde escondo la tristeza.
De seguro en mi palabra reflejara,
el tormento que aprisiono en la cabeza.
De lo abyecto y de lo infame yo hablara,
fieramente y sin ninguna ligereza.
Mil dolores aprisiono en mi mirada,
mil deshonras contra la naturaleza.
De pecados e indolencia descarnada,
mil maneras de acabar con la pureza,
Las crueldades de una sociedad malvada,
diariamente acrecientan mi vergüenza.
Si en el hombre la actitud es descarada,
me rehúso a aceptar tanta vileza,
y aunque a veces me sienta acorralada,
no desmayo, rebuscando fortaleza.
Hoy me niego, a verme involucrada,
en borrarle a lo celeste su grandeza.
La semilla del amor, ya está plantada,
en lo humano mostrará su gentileza,
su cosecha se verá multiplicada,
dando frutos en justicia y en belleza.
Pues la caja en donde guardo la tristeza
en el tiempo, con placer dejé olvidada.