La imagino el ala que sostiene el cielo:
hermosura atípica, desplegada y fina;
tesitura toda de una dócil gracia.
La imagino intacta donde llega un sueño:
canalito fresco y arbolito esbelto;
delicada rama de gallarda forma,
de acabado en lino y de gentil pulido.
La imagino noche y la percibo luna,
la conservo espectro de brillante bruma.
Usted, ¿se imagina el viento si le diera un verso?,
¿se imagina al mar recibiendo al cielo?,
¿se imagina mi alma si le diera un beso?
Si, usted rebaza lo que yo imagino y quiero.
Usted contiene mi desvelo y celo.
Hay casi un mar que se abre por su pecho.
Hay una vista innovándose al sentir su cuerpo.
Hay un paisaje que recrea y se renueva
para verla revistiendo sus linderos.
La imagino fabricante de un amor inagotable,
poseedora de una fórmula o de un elixir
exclusivo de su boca.
Y usted, ¿se imagina al viento si tocara el cielo?,
¿se imagina al mar si sintiera el vuelo?,
¿se imagina mi alma si le diera un beso?
Salvador Pliego