No me dejes hablar
para que mis palabras
no se caigan ni se pierdan
mi deseo las alzará
y las petrificará.
Llega el invierno desteñido
de un otoño vulnerado,
el sol nos respira poco
antes de suicidarse en el mar
y en el hueco de sus manos
anida mi silencio ahogado
quiero olvidar sus mares de sal.
Mi alma teje mi angustia
en vano tú me esperarás
he viajado con mis palabras
a mi adentro
y los perfiles de mi sangre
me traerán el olvido
al alba llegarán los aislados restos
de nuestros viejos llantos en soledad.