Vengo a confesarte,
eres mi seguridad,
nada puede lastimarme
ni partirme en pedazos.
Confió eres escudo,
redención de besos,
acertijo de abrazos,
mi desquite de vida.
Te llevo en mí,
eres una bendición,
diosa de arpegios,
musa de momentos
interrumpidos e insaciables
vacuna de males,
contra tristezas y soledades.
Tu sexo el más dulce,
alimento sagrado,
néctar apreciado,
del cual siempre sediento
bajo a la penumbra a encontrarlo.
Como premio has llegado,
me curaste con tu amor,
soy inmune al dolor.
He perdido el balance por tu amor,
tu cuerpo es la cárcel,
del cual condenado soy feliz,
con sobredosis de labios.
Abrázame que contigo estoy mejor
que digan lo que quieran
pero no me importa,
si contigo no habrá guerra,
que no pueda enfrentar
como una fiera
a tu lado
me das la fuerza,
para luchar hasta morir.
Yo te quiero para mí
soy aquel loco desmedido,
sediento de caricias y besos,
el que nuca se sacia de ti.
Yo soy aquel el que siempre dice
lo que siente
y reafirmo…
Yo te quiero para mí
no me ando con rodeos.
Abrázame que contigo estoy mejor.
Soy aquel que dice lo que siente,
un loco poeta,
romántico hasta los huesos.
A tu lado se detiene el tiempo.