recelosoanimal

Virgilio es un libro gordo que no pienso leer

 

Para mi pata Omar Livano

 

Y por eso
Poesía
nunca te tocaré los cachetes
con intenciones sadomasoquistas,
ni me harás llorar
no, que va.
Ni,
como dicen los románticos,
daré mi vida por ti.

Hay que ser francos,
                        sinceros.

Es imposible cuajar
 tus imágenes
moverte y resignarte
como los crujidos de la tostada
a la hora del lonchecito.

Untarte apenitas en mi café
ni hablar. Eso, ni de a vainas.

Pues tú eres noche. Noche. O soledad.
Y prefiero las noches para tomar
de la mano a los amigos
y pasear mi joven e indocumentado
corazón por el centro. Patear latas
y planchar de vida el pavimento.

Mejor ponerte a bailar a gogo
y que Virgilio siga siendo feliz
en un libro gordo
que no leeré jamás.

O ponerte a bailar,
digo,
entre mi desorden
y travesura
y darte color de apatía
y garganta de borracho.

Eso puedo hacer por ti
             Poesía.

Pagarte el pasaje.
Un sol de pasaje.
Quizá mi amigo Omar
pueda más.

Quizá.

Quizá.