¿Ves ese sol relumbrando tras acantilados?
¿Ves cómo surgen las nubes y desperezan los amados?
Pues ve de nuevo, ve luces abrasadas,
Observa la fragancia perfumada
De olisqueo y el color malva
Que nacen junto a la romántica alba.
¡Oh! Qué deleites de almas subjetivas,
Mirando con ebriedad, obsesivas,
Aquél paisaje de matices dorados
Que refulge risueño en ese cielo soñado;
¡De semejante amanecer nadie se salva,
Embriaga de pasión hasta el de mayor calma!
¡Cómo resurge el alba a la mirada
Cuando derrocha fulgor por miríada!