"Cuando en el amor no hay mentiras/ y el tiempo se convierte en instantes infinitos,/ me doy cuenta cuando suspiras,/ que es tu alma hablando a gritos".
No es verdad que todo se muere con el amor,
hay cosas que a pesar del tiempo, persisten,
cosas que nos marcan, tus palabras, tu olor,
que aunque pasen años o hasta siglos tal vez,
si piensas que murieron podrás notar después
que continúan todavía en tu vida, que existen.
Por eso siento que se mantiene en mis cercanías
ese olor tan tuyo que te hace para mí especial.
Pueden pasar los segundos, las horas, los días
o como dije antes, siglos y aunque esté muerto,
te aseguro mi vida que ya puedes dar por cierto
que para entonces yo te estaré recordando igual.
Son olores que simplemente ya más nunca se irán,
el olor bendito de tus manos al acariciar mi pecho,
el olor de tu aliento, de besos que aún vienen y van,
de tu cuerpo desnudo que es mi mejor obra de arte,
de tus pies que al besártelos me enseñaron a amarte
como nunca en mi vida con nadie más lo he hecho.
El olor imborrable, perdurable, olor imperecedero
de tu sublime, femenina y tan delatadora humedad,
que es de tantos olores sin dudas el que yo prefiero,
pues cuando uno al otro ya entregados nos tenemos,
cuando ambos sudamos y el amor así nos hacemos,
ese olor que emana de ti me dice a gritos tu verdad.
Me huele tu piel a paraíso en el cual yo quiero pecar,
sé que me pasaré toda la vida bendiciendo tu esencia,
es que no hay olores de ti que yo no pueda identificar,
son esos olores que me relajan, me mantienen en calma
y muy seguro estoy ya de percibir el olor de tu alma,
pero no creo reconocer nunca el olor de tu ausencia.