Los días son como todos,
son todos como días
aburriendo el áspero silencio;
días como todos son
silencio apagando voces...
Y me queda: SÓLO;
me quedo sólo, con el aburrimiento
en la estrechez de mi cuerpo...
Quebrándome,
en tiras
-mis dedos,
-mis párpados,
-mi lengua,
-mis dientes,
-mis ojos mueren...-
En tiras; ¡Cenizas!
quiebro, me
y cada fonema
de mi torpe escritura
cae en secuencia exponencial...
Y no queda reparo
para desobedecer mi alma,
mi aliento en la espera
de tomar del hocico
el agudo sentido
de las uñas
ahogadas en un poema...
...Sí, ya no escribo, sí ya no pienso, sí, ya no siento
ser verso, ser alma, ser vida,
y caen las letras,
palabras caen
con mis rodillas
y en rodajas
mi cuello
se entierra
en la sonata efímera,
un muerto golpea mi cabeza,
entre las sábanas
mi voz se quiebra
y en el arte
las brochas
escupen
el Sin... Ánimo
que hoy en la rutina
mis dedos hurgan...
Y las avenidas son igual
que ayer, que hoy,
y, peor que mañana.
Las personas son parecidas
iguales a quien masturba
de huellas el pasillo
-galería de caras
torturadas por el destino,-
sobre el desvelo de una copa
herida
en la funda
rebosante de una boca,
labio de la concepción,
bajo
en
el génesis
del amor, -amor al arte-
a la Literatura,
Sí el aburrimiento
va del cuello de un vino añejo,
mi boca
se agria,
en amargo desazón
la rutina
de a poco y sorbo
me esta quitando la poesía...
-Caos e Incertidumbre-
No quiero fallecer; ¡no lo quiero! no quiero...
No quiero ser borrón o mancha del tintero de un vino añejo...
Pero, ya me estoy olvidando, ya he perdido la noción del sentimiento...