Si tu piel descubriera
con mis labios,
con el roce de mis dedos,
y mi aliento erizara
las vertientes de tu pecho,
y el calor de mis caricias
humedeciera
las horas de tu sueño
¡ay amor!
¡si yo pudiera!
saciar en tu piel mi deseo,
tu alma abrigaría
con la pasión de mi cuerpo.