Hubo una vez, que me di por vencida,
después de tanto batallar con mi oficio
en los mares muertos
donde era imposible bogar.
Hubo una vez que deje de creer en la verdad
porque frente a la bandera
de la hipocresía vi muchas rodillas arañadas.
Hubo una vez que tire a la basura los sueños
Y me compre la armadura
con escudo y espada incluidos.
Hubo una vez que ignore al hombre
porque el hombre casi me mata
Y dejo mi vergel en otoños crónicos.
Hubo una vez que fui autómata
para encerrar en una celda
a la mujer deshojada por los vientos.
Hubo una vez que solo despertaba
pero no amanecía.
Hubo una vez que manche mis sabanas
con cenizas de mi alma restringida.
Hubo una vez que por tanto sollozar
me sacaron los ojos
Y me cortaron la lengua.
Hubo una vez un desierto
sobre una corriente liquida de pasión
que no permitía crecer a la semilla de la honestidad.
Hubo una vez que en todas estas veces
el tiempo no lo perdí
aLimentandome de acero para crecer alguna vez
esbelta e inmóvil.
Pero sin esperar, sin buscar y quieta,
una vez, me sorprendió una sonrisa
que me invito a ganar.
Hubo una vez…que aparecí yo.