Mi verdad, no es tu verdad, DORMIDA:
A dónde vas amor, dejando a tu paso, las huellas inconfundibles de un sentimiento padecido en silencio de soledad con almohada, que ni con el transcurrir del tiempo, has logrado borrar de la mente, ni mucho menos de adentro de tu corazón, así, todo con el espacio libre que has tenido para rehacer tu, vida, meditando o sobre los brazos de otro, hombre, que con besos distintos a los míos, intentará hacerte una mujer feliz...,
A dónde vas amor, caminando lentamente, observando con el rabillo del ojo, como buscando incitar la mirada, ausente, para que despertando de este largo letargo de desamor, te mire de arriba abajo, con el mismo deseo de ayer, pero que hoy, se encuentra quietamente cautivo entre las piernas del placer, aguándoseme la boca, por tener nuevamente tu cuerpo, hermosamente prohibido en mis manos, tristemente atadas...,
A dónde vas amor, si durmiendo en tu recamara al pasar te he escuchado pronunciar inconscientemente mi querido nombre, llamándome, no te engañes, que a mí, tampoco engañas al mirarte, porque una cosa dicta la mente, reflejado por el alma y otra es lo que pauta mandando el corazón, dueño de nuestros actos inconclusos, que a veces, difícilmente tratamos de disimular, con una media sonrisa y una lágrima que nunca termina de caernos del rostro.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 18022012 07:45 PM.