A ti, que amo ciegamente,
que alborotas, al mio corazón
Nunca dejare de amarte, amor mio,
no tengo, motivos, ni razón
Te amo con toda mis fuerzas,
más tengo que guardar silencio
Pues este amor es prohibido, y si hablara de él,
sería imprudente y necio.
Vives en este portal, también en mi corazón
y en mi alma
Y cuando leo tus poemas, sonrió,
y me llenas de alegría y calma
Besaría tus labios sin tocarlos,
con el soplo de mi aliento perfumado
Acariciaría tus pechos suave mente,
lamiendo tus pezones sonrosados.
¿Qué culpa tengo yo, de amarte a si?
Con locura y frenesís, de esta manera
Si me pides que vaya, yo a tu lado,
dejo todo, y correré con la furia de una fiera
Te devoro cual león enfebrecido,
con mis manos con mi boca suaves sedas
Sé que amas a otro hombre, ya lo sé,
pero acaso es culpa mía amarte tanto
Si no es mentira que te diga que en silencio
y cada noche, por tu amor, seco mi llanto.
Eres tú, a la que amo con lo cura,
A la que sueño cada noche en el silencio de mi alcoba
Es tu nombre el que me callo, en mi secreto,
cuando debería gritar tu amor al los cuatro viento
Para que sepa todo el mundo cuanto
te amo, que te amo locamente sin mesura,
amor mio no te miento.
Autor Joaquín Méndez.
Reservados los derechos de autor.
19/02/2012.