bonifacio

El escritor fantasma

Había una vez un fantasma

Que quería ser escritor

Que en vida no había sido más que un sopor.

 

Con una pluma fantasma

Dibujó un corazón

Pretendiendo encontrar un alma y una razón.

 

En un papel fantasma

Dejó su huella de amor

Esperando darle en el gusto a algún lector.

 

En una pared fantasma

Puso su creación

Pero todo el mundo pasaba y nadie la vio.

 

En esa ciudad fantasma

Si algo tenía color

No era bien recibido sin un favor.

 

Así fue como el fantasma

Blanco como el algodón

Se fue volviendo fantasma sin solución.