Un destello de luz incandescente te recrea cada día cuando el sol da su primer guiño, cuando el amanecer besa las praderas despertándolas de su ensueño.
Un destello de luz incandescente enciende la llama viviente que se refugia en tu interior, y en su camino sacude tu Alma para que abra sus ojos y calme su añoranza.
Un destello de luz incandescente despierta tus sueños del letargo en el que la noche los envuelve, así como la flor abre sus pétalos y saluda al sol, así se abre tu corazón.
Un destello de luz incandescente ciega tus ilusiones y enmudece tus pensamientos para que despiertes a la magia de los secretos del corazón, para que despiertes.
Un destello de luz incandescente decora con guirnaldas doradas los delicados jardines de tu mundo interior vistiendo de fiesta a tu encantado corazón.
Un destello de luz incandescente traza el mapa de tu propósito en esta existencia, así como la luna extiende su alfombra color plata sobre el lecho de su amado el mar.
Un destello de luz incandescente penetra por las ventanas de tu Alma sembrando claridad en tus dudas, así como un nuevo día despierta en el amanecer disipando completamente la noche.
Oh!, destello de luz, no dejes de iluminar mi corazón haciendo de mi ser un fragmento inseparable de la Verdad; haciendo de mí una gota de rocío en la mañana que luego se alce en vuelo para regar los campos de lluvia; haciendo de mi un halo de niebla en la niebla; haciendo de mi un haz de luz en tu propia luz. Oh!, destello de luz, tú que golpeas las puestas de mi comprensión, ven y siéntate junto a mi y observemos juntos el despertar de mi Alma, apreciemos los dos el enamoramiento de mi corazón.
¿Es acaso posible para el sol ignorar aquello que toca? ¿Es acaso posible para la Verdad olvidarse de si misma? ¿Si es mi corazón iluminado un instante de eternidad manifestado en mi presencia, no soy YO, en mi más noble esencia, el reflejo viviente de eso a lo que llaman Verdad?
Por Alejandro D. Gatti