Cuando descubrí que tu crecías en mi vientre
me hice mil ilusiones que pensé que se
harían realidad.
Todo mundo sabia que nacerías algún día
pero un error en mi cambio todo eso y el día
menos pensado te fui perdiendo poco a poco
sin poder hacer nada yo lloraba de
impotencia al saber que una vida se me
escapaba de las manos y yo sin poder hacer
nada. Que difícil es tener que decir que
todo esto fue un bendito instante que como
estrella fugaz te desvaneciste con dirección
al cielo.
Todo esto me parecía una horrible pesadilla
pero no era así porque todo esto era la
cruda realidad.
Amigos y familiares me quisieron consolar
pero es inútil porque no es fácil perder una
vida dentro de ti sin poder hacer nada.
Hoy tu eres nuestro angelito que nos cuidas
desde el cielo donde quiera que estés
recuerda que eres fruto del amor de dos
padres que no aceptan la perdida de su
primer hijo.