Del racimo de tu cuerpo
dos grandes uvas tomara.
Para que con ellos mirara,
mi corazón que latiendo
tu cuerpo voy recorriendo,
descasándolo en tu cara.
El calor de tu piel
moreno color oliva,
me va quitando la vida,
como se seca el río
cuando se encuentra perdido
en la arena del olvido.
Tu corazón como espino
da flores y tiene espinas,
la fragancia por instantes
se pierden en esa brisa
de los labios encarnados
que todo convierte en risa