A lo lejos
la luz violenta
del relámpago se enciende.
Perpendicular,
la luna
me baña las pupilas negras.
Cuánto espacio existe
entre una y otra estrella
y desde este espacio terrenal
se ven tan cerca.
Las hojas de los árboles parecen espejos,
en ellas la noche descarga
algo de su reflejo.
El aire nocturno, frío,
como viento helado de tumbas
entre las venas se cuela.
Está subiendo la tormenta,
el viento se torna violento.
Una gota gigante cae sobre mi frente.