Si me dejara el banco
una moneda
para comprarte un baobab
en el mercado;
y una colección
de libros de poemas
en promoción.
Si me dejara treinta centavos
en la cuenta
le daría de comer
a las tres palomas
que aún duermen
en el parque.
Si acertara la tarjeta
a mi favor
te llevaría a la feria
a comprar conejos blancos
y te pondría algodón de
azúcar en los labios.