Deambulaba con mis pasos taciturnos,
Meditando en la poesía de mi vida,
Amenazaba ya el crepúsculo del día.
En aquella suave arena humedecida
Mis huellas hundidas,
Se esfumaban con el vaivén de las olas
Solo el rugir de Neptuno
Se escuchaba en aquel silencio nocturno
Tu silueta se demarcaba con la luz de la luna
Tu pelo ondeaba con la brisa del cielo
Las estrellas escarchaban tu mirada
Y mi mente alzó el vuelo.
Te conocí y me conociste
Te ame y me amaste
Te prometí y me prometiste
El amor eterno me juraste.
El tiempo es testigo de nuestro amor
De nuestra pasión
El tiempo, lleva consigo
Las imágenes del ayer y el hoy
Nuestras imágenes de mañana
Viajaran al sol.
Nilo